Desde hace algunos años existe un interés de los ministerios de salud de países como Perú, Colombia, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina, etc. de reducir lo que se denominó a través de un informe de la OMS: “ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS”, ya que se indicó que eran los causantes de muchas enfermedades crónicas que fuera de mermar la salud de la población ocasionaban gastos al estado, se centró principalmente entonces en reducir la obesidad infantil y adolescente.
Muchas de las políticas adoptadas y algunas que están en proceso de aprobación involucran educar en colegios sobre que es una alimentación saludable y eliminar de los quioscos escolares aquellos alimentos que no cumplan con los “parámetros de grasas saturadas, sodio, azúcar “establecidos por diversas entidades.
Sin embargo, luego de ver la politización alrededor del tema, vale la pena plantearse las siguientes preguntas:
- ¿El consumidor ha cambiado su decisión de compra debido a un etiquetado frontal?
- ¿Los padres ahora saben cuál es el balance correcto de alimentos en el plato de sus hijos?
- ¿Se ha reducido la obesidad? ¿O los indicadores de enfermedades crónicas?
- ¿Si en los anaqueles hay 5 productos de diferentes marcas con las mismas advertencias “ALTO EN AZÚCAR”, cual compra el consumidor?
Es posible que el hecho de etiquetar los productos sea un acercamiento a mejorar las decisiones de compra de los consumidores, sin embargo, para hacer políticas como estas no se puede tomar a la ligera el tema y pretender copiar legislaciones o seguir al pie de la letra indicaciones de la OMS, sin haber hecho un análisis en el País.
Es necesario que los gobiernos conozcan, que consume la población, su nivel de entendimiento de las etiquetas, donde suelen comer ya que en muchas de las legislaciones los restaurantes y comidas rápidas están excluidas de brindar información siendo que en países como Perú la población solo consume 10% de productos industrializados el resto de su alimentación la hace en restaurantes y sus hogares donde no tienen información para tomar ninguna decisión.
En conclusión, políticas que no toman en cuenta más factores terminan por no llegar a cumplir sus objetivos a largo plazo, y será la industria la que mas se desgaste por este juego de prueba y error.